miércoles, 19 de marzo de 2014

Diario やくざ Yakuza's way #7


Me siento y tiemblo al ver la ruina del hospital donde cayó la primera de las bombas atómicas en Hiroshima. No lo puedo evitar. Pienso en las más de doscientos mil personas muertas esa mañana mientras dormían. Es inevitable no temblar.

Me habían hablado de la energía que se siente en este lugar. Yo soy muy dado a sumergirme en esas energías, a veces incluso duelen, y estaba claro que Hiroshima no me dejaría impasible.

Se siente, y mucho. Hay un dolor en el ambiente que inevitablemente se funde con una fuerza de reconstrucción y superación salvaje.

Esta ciudad y sus gentes supieron perdonar y volver a empezar.

Esta gran nación no se merecía un castigo tan grande. Y menos aún a manos de "los salvadores del universo" que velan por la paz mundial.

No quiero hacer de este post una crítica de política internacional, pero es imposible no hacer una reflexión sobre el país que no deja a ningún estado fabricar armas atómicas, mientras ellos si las fabrican y son los unicos en la historia de la humanidad que las han usado contra la población.

Ahí lo dejo, que cada cual saque sus propias reflexiones.

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