jueves, 27 de marzo de 2014

Diario やくざ Yakuza's way #13


"...Y es que parece que en este bosque se encuentran la mitología finlandesa con la japonesa, y el Kraken despide su tinta negra con la que baña el espíritu de los suicidas. La bestia del mar se alza entre la maleza del bosque y los desesperanzados se convierten en su presa, atrapados por sus tentáculos ahora convertidos en ramas secas..."

No quiero entrar en detalles. Sólo diré que el bosque de Aokigahara… también conocido como Jyukai (Mar de Árboles) me ha perturbado mucho. Una extensión de más de 3000 hectáreas donde la gente va a dejarse morir. Es el segundo lugar del mundo donde más suicidios se producen tras el Golden Gate de San Francisco.

Ya al entrar un cartel te recibe con un “Tu vida es valiosa y te ha sido otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos. Por favor, busca ayuda y no atravieses este lugar solo”.

Esto te hace pensar mucho si entrar. Se nota una fuerza negativa que te recorre la espalda, al menos a mi que soy muy dado a esa sensibilidad.

Según te adentras en ese mar de árboles te das cuenta que algo va mal. Lo extremadamente cuidados que están los bosques en este país no sucede aquí.
Ropas, calzados, servilletas, y lo más tétrico, blisters de medicamentos vacíos se agolpan a los lados del sendero y desperdigados por el bosque.

Después de media hora adentrandote empieza el AUTENTICO SHOW HORROR que por respeto no voy a describir.
No me queda nada mas que vomitar.
No me queda nada más que llorar.
En este punto mi maldita curiosidad esta más que saciada.
Me arrepiento haber venido a este lugar. Me arrepiento haber investigado sobre el tras la lectura de una novela de Seich Matsumoto hace ya muchos años.

Posiblemente hoy ha sido uno de esos días que planeas realizar durante mucho tiempo, y cuando lo realizas te das cuenta que no, que no tenias que haber sido curioso, o morboso, o yo que sé.

Hoy he paseado por los jardines de la muerte como si de una obra del Bosco se tratase.
Senderos en los que los japoneses más pobres de la época de hambruna y enfermedad en el Japón feudal del siglo XIX abandonaban a sus mayores por no poder alimentarlos.

Hoy he paseado con sus espíritus y me han recordado lo bonito que es vivir.

"...la verdad emerge porque los suicidios suceden, crecen de la tierra del bosque como un Kraken que devora las esperanzas de los vivos, los envuelve en sus tentáculos como las hojas de los árboles que cubren con su espesura la ganas de vivir..."

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